PERMEABILIDAD VASCULAR

INCREMENTO DE LA PERMEABILIDAD VASCULAR.

La inflamación aguda se puede desarrollar pocos minutos después de que un tejido haya sufrido una lesión. La lesión tisular estimula tres tipos de señales. Primero, las alarminas liberadas por células destruidas estimulan la secreción de citoquinas por células centinela. Segundo, los PAMP provenientes de los microbios activan respuestas en las células centinela, que incluyen la producción
de citoquinas y otros mediadores inflamatorios. Tercero, el dolor provoca en los nervios la liberación de péptidos bioactivos.

En su forma clásica, la inflamación aguda tiene cinco signos cardinales: calor, rubor, edema, dolor y pérdida de función. Todos estos signos son el resultado de los cambios que se producen en los vasos sanguíneos pequeños. Inmediatamente después de la lesión, el flujo sanguíneo a través de los pequeños capilares se incrementa, dando una oportunidad a los leucocitos para que se unan a las paredes de los mismos. Poco después, los vasos sanguíneos de la zona dañada se dilatan y el flujo sanguíneo en el tejido lesionado aumenta. Mientras los vasos sanguíneos están dilatados, se produce la filtración de fluido desde la sangre a los tejidos, lo que ocasiona edema y tumefacción. Al mismo tiempo que ocurren estos cambios en el flujo sanguíneo, en la zona se producen reacciones celulares.
Los cambios en las células de las paredes de los vasos permiten que neutrófilos y monocitos se adhieran a las células endoteliales. En el caso de que los vasos sanguíneos estén lesionados, las plaquetas pueden fijarse en los lugares dañados liberando moléculas vasoactivas y de coagulación.
Los tejidos inflamados se dilatan como resultado de la filtración de flujo sanguíneo desde los vasos. Esta filtración ocurre en dos etapas. Primero, inmediatamente hay una filtración mediada por moléculas vasoactivas liberadas por los mastocitos, los tejidos lesionados y los nervios. La segunda fase ocurre varias horas después del inicio de la inflamación, en el período en el que los leucocitos comienzan a migrar. Las células endoteliales y perivasculares se contraen de modo que se produce una separación entre ellas, permitiendo el escape de fluido a través de los espacios intracelulares.

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